Tienes seis sonrisas. La sonrisa tierna y dulce, cuando estás con esa chiquilla. Podría
enamorarme por primera vez de esa sonrisa todos los días. Tienes la sonrisa
traviesa, cuando te metes con alguien y lo miras como un niño pequeño después de
hacer una trastada. Está tu sonrisa neutral, cuando hablas con los clientes.
Tienes también una sonrisa de sorpresa, y eres tan expresivo que tus ojos sonríen
al mismo tiempo. Está tu sonrisa de cuando algo te hace gracia, y miras,
divertido, ya con una respuesta en mente. Y la sonrisa que pones cuando hablas conmigo. No sabría describirla, pero es distinta y es sin duda mi preferida.
Eres dulce,
increíblemente dulce, incluso diría que demasiado. También eres maduro y
algo infantil al mismo tiempo, y es muy interesante hablar contigo de cualquier tema.
Adoro la
delicadeza con la que me tratas, como si yo fuera algo importante que se pudiera
llegar a romper, como si de verdad te importase y quisieras cuidarme.
Eres protector y me da mucha confianza estar a tu lado. Como si no me pudiera pasar
nada malo siempre que estés cerca. Me inspiras, me llenas, le das vuelta a mi vida,
me das ganas de comerme el mundo. Pero sólo si es a tu lado.