Esta mañana cuando me desperté, sonreí por un segundo: mi cerebro me jugó una mala pasada y creía que todo había sido una pesadilla.
Pero no, la pesadilla es mi realidad.
Siento si alguna vez te hice daño. No sé cuánto podré seguir así. Sé que escapar no es la solución pero es la única salida que se me ocurre.
Escapar para siempre. Aunque te quedes clavado dentro de mi como una espina.
Me da miedo hacer algo que pueda empeorarlo. Me da miedo no salir de este estado. Tengo mucho miedo de seguir aquí, porque a duras penas puedo soportarlo.
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