No sé cómo parar, es un frenesí.
Si me hace sentir bien no debe ser tan malo.
Pero saber las consecuencias de esto me hace una masoquista.
Debería parar, pero no puedo. No quiero.
Mi corazón lleva dos días de fiesta, ya está borracho.
Los bailes de palabras no hacen sino aumentar el deseo.
No quiero distancia, odio la distancia.
Tiré mi máscara en algún momento de debilidad.
Fue un error, siento... ¿miedo?
Quiero seguir, a pesar de todo. A pesar de todos.
Paso a paso, ¿pero y si me caigo?
Y me caeré, soy demasiado patosa.
Nunca supe hilvanar bien los pies con el camino.
Como nunca supe escuchar los consejos.
No sé nada. Bueno no. Algo sí que sé.
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