martes, 9 de agosto de 2016

Sabes qué

¿Sabes qué? A mí nunca me han tratado bien. Será que por defecto me enamoro del prototipo de tío gilipollas, o será que soy demasiado ilusa porque siempre, a pesar de todo, soñé con encontrar al famoso príncipe azul. Hasta que mi corazón quedó tan roto que por pura pereza me negué a remendarlo. “Para qué lo necesito”, pensé. Estoy mejor sin él.

Y entonces apareciste tú. Yo sabía que no eras un príncipe azul, por eso ni me molesté en huir. Y sin serlo te comportas como tal, como si vinieras a salvarme de mi propia autodestrucción. Como si fueras capaz de hacerlo. Como si fuéramos capaces de cualquier cosa. Llevaba mucho tiempo sin sentir nada real.


No termino de entenderte, no termino de confiar, de dejarme llevar. Pero sí sé algo. No quiero que desaparezcas.

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